dijous, 28 d’abril del 2016

Hablar en vez de actuar

Una de las pautas de crianza más ampliamente extendidas y a la vez de dudosa eficacia es la de hablar (o, al menos, sólo hacerlo). Los padres tenemos una capacidad sorprendente para pronunciar amenazas que en realidad sabemos que no cumpliremos: "o dejas a tu hermano tranquilo o verás", "si no entras ahora mismo, te quedarás sin Play toda la tarde", "si no te acabas la verdura, no hay helado". La amenaza tiene la ventaja de que nos permite pensar que estamos haciendo algo para corregir a nuestros hijos, sin necesidad de llevarlo a cabo realmente.

Ahora bien, la educación de un niño que desobedece exige algo más que las habituales amenazas incumplidas. Las que principalmente tendremos que evitar, son las que siguen los criterios DIA:

- Amenazar con castigos Desproporcionados: "si vuelves a quitar el juguete a tu hermano, traeré todas las tuyas al mercado a venderlas".

- Ilimitados en el tiempo: "si turno a escuchar un insulto, fuera Play por toda la vida".

- Agresivos: "si no dejas tranquilo al perro, te las verás conmigo".

En otras palabras, cuando menos creíbles sean las amenazas, peor será su resultado.

Así pues: ¿amenazamos o actuamos?

(Fragmentos extraídos de: "Cómo criar hijos tiranos". Beyebach y Herrero de la Vega, 2013)

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