dijous, 28 d’abril del 2016

'Debo valorarme más a mí mismo/a'

¿Quién no ha escuchado esta afirmación alguna vez? No es extraño conocer alguien a quien lo hemos oído comentar, fruto de dificultades profesionales o en el terreno de las relaciones, ya sea con personas del otro sexo, con amistades o con personas del entorno. Probablemente, esta creencia de que se "tiene que valorar más a si mismo/a" se deriva de sentimientos de baja confianza, estado anímico también bajo - lo que se entiende coloquialmente como "baja autoestima" - y suele provocar opiniones de los otros donde se alienta a la persona a hacer cosas para mejorarse a sí misma y, en consecuencia, valorarse, propuesta que no hace más que confirmar que "algo falla".

Esta idea, tan sencilla en apariencia pero compleja en el fondo, quizás conduzca a caminos no necesariamente positivos. Es posible que la idea de "conócete a ti mismo y sólo así te querrás" traiga a una persistente e infructuosa búsqueda, mediante esfuerzos mentales, de características personales. Dicho de otra forma: es sumamente difícil encontrar respuestas dentro de nosotros sólo razonando sobre nosotros mismos. En este sentido, no es infrecuente encontrar en las consultas la siguiente demanda: "me tengo que valorar un poco más a mí mismo/a", porque esto es el que le dicen, con la mejor de las intenciones, en su entorno familiar o de amigos. Como cabe suponer, esto constituye una trampa, porque nadie consigue quererse a sí mismo con el simple hecho de pensar y pensar, más bien tenderá a ver las cosas de cada vez menos claras.

Somos seres sociales, así viene programado en nuestros genes. Necesitamos aprobación y reconocimiento de los otros, ya sea para ser buena persona, para ser competente profesionalmente o para lo que sea. Nos comportamos como creen que nos ven y no como nosotros, fruto de una supuesta investigación interna sobre nuestras características personales, pensamos que somos. Si se reflexiona sobre esto, se llegará a la conclusión de que nuestro comportamiento varía en función de la persona o grupo de personas con el que nos relacionamos: no hacemos sino comportarnos como creemos que los otros creen que somos, y esto nos está señalando el peso que los otros tienen en nuestras vidas y que nuestra "autoestima" no sólo depende de nosotros mismos.

Esto nos lleva a la falacia del "me tengo que valorar un poco más". En mi opinión, un enunciado de lo más cuestionable. Invito al/la lector/a, ahora mismo, a cerrar los ojos y reflexionar sobre si mismo/a. ¿Qué respuestas claras encuentra?

Seguramente, las respuestas las encontrará experimentando, no sólo usando la razón. Salir del mundo de la razón y entrar en el de las experiencias: dejar de pensar en cómo somos y probarnos en los diferentes retos que la vida nos pone delante. Las respuestas saldrán solas.

T.S.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada